El constructivismo, como corriente pedagógica, hace énfasis en la necesidad de generar y otorgar al alumno herramientas que éste pueda utilizar en su proceso de aprendizaje con el fin de resolver diversas situaciones problemáticas. A través de los procesos de aprendizaje el alumno construye estructuras, es decir, formas de organizar la información.
Por lo tanto el conocimiento no es el resultado de una copia de la realidad preexistente ni de la repetición mecánica de los contenidos o de la información proporcionada por el profesor o alguna otra fuente, sino de un proceso dinámico e interactivo mediante el cual la información externa es interpretada y re-interpretada por el pensamiento que va construyendo de manera gradual modelos explicativos cada vez más complejos y profundos.
De acuerdo al constructivismo los seres humanos conocemos la realidad a través de los modelos que construimos para explicarla y que pueden ser cambiados y mejorados.
El docente debe facilitar el conocimiento, otorgando a los alumnos las bases necesarias para acceder, lograr, alcanzar y como resultado construir aprendizajes cada vez más complejos. Resultará entonces beneficioso otorgar a las diferentes tareas a realizar por los estudiantes contextos reales así como también diversas perspectivas, dando lugar al debate que ayudará a promover el aprendizaje cooperativo. El empleo del debate como herramienta será ideal para lograr tal propósito, y promoverá a que los alumnos construyan una conciencia reflexiva. Será necesario que el docente que aplique este modelo en el aula sea una persona abierta a cambios e innovaciones y que se interese por promover aprendizajes significativos que puedan ser aplicados en la vida cotidiana del alumno.